Hormonas del sueño. Estrategias para Dormir Mejor en Otoño e Invierno
Descubre cómo las hormonas del sueño como la melatonina y el cortisol influyen en tu descanso durante otoño e invierno. Aprende estrategias
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13/1/2023
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Cuando acudimos a un control anual con nuestro médico, muy probablemente nos paute una prueba de glucosa sanguínea para descartar diabetes. Adicionalmente, muchas personas monitorean su glucosa sanguínea en casa con pruebas de glucemia capilar; estos resultados se expresan en mg de glucosa por cada dl de sangre (mg</dl).
Uno de los test empleados más frecuentemente es el test de glucemia en ayunas, el cual se realiza cuando la persona no ha comido nada al menos 8 horas antes de la prueba. De acuerdo a los resultados, la persona puede ser clasificada en tres categorías:
Los niveles de glucemia después de la ingesta de alimentos también juegan un rol importante, ya que unos niveles que se encuentren elevados de forma persistente pueden llevar a el desarrollo de obesidad, diabetes, enfermedad cardiovascular, y alteraciones durante el ejercicio y en la esfera cognitiva.
De acuerdo con la federación internacional de diabetes, una persona no diabética no debería tener un nivel de glucemia mayor a 140 mg/dl tras una comida, y los niveles de la misma deberían retornar a niveles similares al ayuno dentro de las siguientes 2-3 horas; si se mantienen por encima de 140 mg/dl a las dos horas, se habla de una hiperglucemia post prandial.
Estos niveles mencionados anteriormente nos hablan de mediciones que son muy puntuales en el tiempo.
El desarrollo de la tecnología de Monitoreo Continuo de Glucosa (MCG) nos permite una mirada más profunda de nuestro panorama metabólico, determinando la variabilidad glucémica, midiendo el aumento y la disminución de la misma a lo largo del día.
Los equipos de monitoreo continuo de glucosa miden los niveles intersticiales de glucosa (la glucosa que se encuentra en el espacio entre las células) y no los niveles de glucosa en sangre.
Estos dos niveles se correlacionan de forma muy estrecha, pero como esta tecnología es relativamente nueva, aún se están realizando estudios para determinar cuáles son los niveles de glucemia normales y óptimos en personas sanas, ya que aún no hay una estandarización universal.
La conclusión de los estudios más grandes realizados hasta ahora nos dicen que, en personas sanas no diabéticas, se consideran normales:
Actualmente la diferencia entre los niveles normales y los niveles óptimos a tratar de lograr para tener el mayor beneficio sobre nuestra salud deben de ser estrictamente personalizados y monitorizados por el equipo de especialistas calificados.
Numerosas investigaciones han reportado que a mayores niveles de glucosa en ayunas, la probabilidad de sufrir algún problema de salud aumenta, aún si estos se mantienen en el rango “normal”, por lo tanto es muy importante tratar de conocer nuestro rango óptimo.
Por ejemplo, un nivel de glucosa tras una comida menor a 140 mg/dl se considera normal, pero no nos indica si ese nivel es el ideal en todas las personas si nuestra meta es disminuir la aparición de enfermedades; así como se considera que la glucemia en ayunas de 100 mg/dl es normal, muy probablemente no es el nivel óptimo para nuestra salud.
Basados en los estudios realizados hasta ahora en pacientes sanos, podemos considerar los siguientes valores como óptimos, siempre que el paciente sea evaluado de forma frecuente por un equipo multidisciplinario capacitado:
Sabemos que los niveles glucémicos aumentan tras una comida y sabemos que debemos evitar un aumento exagerado de los picos de glucemia porque los estudios demuestran que niveles por encima de 160 mg/dl que se mantienen en el tiempo se han relacionado con un aumento en la probabilidad de sufrir cáncer, enfermedades cardiovasculares, inflamación, daño a los vasos sanguíneos, diabetes y obesidad.
Además, grandes variaciones en los niveles, con múltiples subidas y bajadas, son más perjudiciales para el organismo que niveles persistentemente elevados y estables.
Por tanto, nuestra meta debe ser mantener nuestros niveles de glucosa lo más estables posibles, con niveles basales bajos y con una mínima variación tras las comidas.
Mantener los niveles constantes de glucosa es más complicado de lo que parece; cada persona tiene una respuesta individual y personal al estilo de vida, y dos individuos pueden tener niveles de glucosa dramáticamente diferentes tras comer el mismo alimento.
Es aquí donde el MCG tiene su mayor utilidad, ya que nos permite ver en tiempo real los niveles de glucemia, saber cuándo tenemos niveles elevados de glucosa y los alimentos que lo desencadenaron, y así guardar esta información para ayudarnos a optimizar nuestra dieta y estilo de vida.
El monitoreo continuo de glucosa nos puede dar los datos necesarios para optimizar nuestra salud y ayudarnos a escoger los alimentos y rutinas de ejercicio que nos van a ayudar a mantener bajo el promedio de glucosa diario y evitar las subidas tras las comidas, optimizando nuestros patrones glucémicos a largo plazo.
La información que nos da el MCG es mucho más detallada, por lo que hay más potencial para descubrir cuáles son los niveles más problemáticos a lo largo del día y los que necesitan mayor cuidado e intervención, y nos permite crear planes de alimentación personalizados y orientados a nuestras características metabólicas únicas para lograr niveles glucémicos óptimos.
Los niveles elevados de glucosa, llamados hiperglucemias, ocurren cuando el organismo no puede quitar la glucosa de la sangre proveniente de la dieta de una forma adecuada. ésto ocurre por muchas razones diferentes, y a largo plazo puede ocasionar daños en los vasos sanguíneos y en los nervios, ocasionando daños irreversibles en los ojos, riñones, corazón, y nervios periféricos (adormecimiento de manos y pies). Niveles muy altos pueden llevar al coma y a la muerte.
Algunas personas podrían pensar que para evitar todos estos problemas se deberían mantener los niveles de azúcar lo más bajos posible; si alto es malo, entonces ¿bajo es bueno verdad? No exactamente. Cuando son muy bajos, hay hipoglucemia, y los niveles bajan a menos de 70 mg/dl. Cuando estos niveles bajan demasiado pueden ocasionar desorientación, convulsiones, coma y en raros casos la muerte.
Sin embargo, estudios con MCG han demostrado que algunas personas sanas pueden tener episodios de glucemia menores a 70 mg/dl por cortos períodos de tiempo, especialmente durante el sueño profundo, sin ninguna repercusión perjudicial. En general, se considera que un nivel de 72 mg/dl es óptimo en la mayoría de las personas no diabéticas.
En conclusión, podemos decir que aunque los niveles de glucemia “normales” tanto en ayunas como tras una comida están bien establecidos, nuestra salud se puede ver comprometida por variaciones excesivas de los niveles de glucosa a lo largo del día o a niveles elevados que aún se consideran normales.
Los niveles óptimos de glucosa pueden depender de muchos factores individuales, y debemos enfocarnos en tres objetivos principales:
El monitoreo continuo de glucosa es una herramienta indispensable para ayudarnos a alcanzar estas metas, ya que nos provee de un feedback inmediato cuando estamos implementando un plan dietético y de actividad física, así como si buscamos mejorar nuestra salud, para de esta forma conocer mejor las respuestas metabólicas de nuestro organismo y orientarlas para alcanzar el máximo beneficio. Descubre cómo Healz puede ayudarte.